Regalo

Para una diseñadora que ha estado trabajando arduamente por más de 20 años, tener tiempo libre para diseñar —o más bien crear— imágenes que tengan como único juez la propia percepción, es un lujo. Es algo así como la culminación de una carrera profesional activa y exitosa (mi manutención y mis viajecitos constantes como parámetro de éxito, digamos); es el deleite de la rebeldía creativa.

El próximo sábado asistiré a lo que podría llamar mi primera jugada hacia la libertad creativa: comenzar desde el principio. Tomaré un curso de Ilustración en Vectores, impartido en Hacker Garage por Liliana Camacho. No tengo ni idea de qué usaré como pretexto para dibujar, ya descubriré qué.



Sobra decir que andaré posteando mis alucines cada que salga uno, y cacaraqueándolas por doquier.

V.

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