Leer, leer mucho.

Miren qué bonita: la Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz, en el Centro Histórico de Guadalajara. Esta es la parte posterior del edificio; es imponente.




Acabo de leer mi primera novela de Murakami, "Sputnik, mi amor", y tuve la certeza de que estaba hablándome a mí en especial.

¿Nunca les ha pasado?

Qué japonés tan confianzudo: vino y se metió a la casa, y hasta me acompañó mientras iba al trabajo en camión. Y ya no me dejó en paz hasta que llegué a la última página con un apetito voraz.

Ya entendí: hay que leer, leer mucho. Y de todo.

Comentarios

Lady Mondegreen ha dicho que…
A mí me fascinan esos fenómenos que causan la lectura, y que van creando en nosotros los lectores ciertas supersticiones.

Gracias por la imagen de Murakami acompañándote en el camión.

:)
mariana m* ha dicho que…
¡Chin! Yo voy fatal con la lectura, últimamente no me concentro. Pero ahí le estoy dando poco a poquito a Houllebeq, a ver qué tal pinta. Creo que a veces o te engancha o no y ese es el secreto.

¡Un abrazo rockero!

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