En un hospital...

Ya llevaba un mes sin postear. Y no fue para menos: la salud de la mujer que me parió llegó al crítico momento en el que una estadía de 6 días en un hospital fue necesaria. Y no fue chido, fue una experiencia angustiante y me la pasé re mal.

Primero, contestar la llamada telefónica un domingo, requiriéndome para ir a la casa de Malú (mi hermana y yo no le decimos "mamá" sino "Malú", como la llaman sus amigos). Luego, llegar a verla, recibir junto a mi hermana la noticia de que definitivamente se estaba sintiendo muy mal, y caer en la cuenta de que se necesitaba la opinión de los expertos para definir las causas del malestar general, insoportable, que le impedía salir al viaje que tenía planeado ese día. Después, indagar sobre su plan de seguro médico, decidir cuál hospital sería mejor, y entrar al escogido por la puerta de emergencias. De ahí en adelante —y hasta este momento—, he andado como por instrumentos, como si estuviera mirándome en la pantalla de un cine:

Dos mujeres jóvenes y una mayor entran a la sala de urgencias de un hospital; la mujer de más edad camina lentamente, se ve enferma. Las reciben dos secretarias vestidas con uniforme; les hacen llenar solicitudes y esperar a un jovencísimo doctor, quien llega a su consultorio y pregunta sobre los síntomas de la mujer enferma. Luego el doctor decide que el estado de la mujer enferma es grave, y da órdenes a las enfermeras para tomarle la presión; llegan con una silla de ruedas, la llevan a una cama que tiene alrededor muchos aparatos con foquitos, y le continuan practicando revisiones. Otro doctor llega y se presenta; viste una bata blanca y lentes, parece confiable; le hace las mismas preguntas que el doctor más joven, sólo que éste profundiza en la historia clínica de la mujer enferma. Éste y otros doctores le hacen más estudios, le toman rayos X, le practican un electrocardiograma, le sacan sangre, le inyectan una jeringa que le suministrará suero por los próximos 6 días, y la llevan al que será su cuarto. Mientras, las dos mujeres jóvenes se miran constantemente entre sí, asienten a enfermeras y doctores, se mueven nerviosas por los pasillos del hospital, hacen llamadas desde sendos celulares, acarician el cabello de la mujer mayor, le quitan los zapatos y la ropa y la doblan como si fuera sagrada; lucen preocupadas pero nunca se ven abatidas.

Una la cuidará casi todos los días y las noches, le dará de comer, se entenderá con enfermeras y doctores, la acompañará en todos los complejos estudios que le harán; la otra entrará y saldrá del hospital durante esos días, llevará ropa y artículos de limpieza personal, y atenderá el negocio de la mujer enferma. Conforme pasen los días, las mujeres jóvenes irán ganando sombras debajo de los ojos, enflacarán, se les irá un poco el brillo de su cabello, y se les dificultará dormir por las noches. Al sexto día, finalmente darán de alta a la mujer enferma; se irá a casa con recetas, recomendaciones, citas futuras con dos doctores, resultados de estudios interminables. Las dos mujeres jóvenes intentarán volver a sus rutinas diarias, pero la preocupación por la mujer recién egresada del hospital añadirá un toque onírico e irreal a sus vidas; porque no podrán hacerse a la idea de que esa mujer, campeona de atletismo en sus años universitarios, pueda estar encerrada en su casa sin poder trabajar a causa de una larga lista de males que le impiden tener la chispa acostumbrada. Y cada una de las mujeres jóvenes, en la soledad del insomnio, se sentirá aterrada ante la posibilidad de que la mujer enferma pueda un día no estar ahí para ellas.

V.

Comentarios

AC Uribe ha dicho que…
¿Qué le digo? Un abrazo grande. Ojalá que pase el insomnio - que la campeona la necesita descansada. Ánimos.
Verónica Nieva ha dicho que…
Queridita, muchas gracias.

Y ya me dijo mi amado que vienes hasta acá muy pronto... Ojalá nos veamos pa ir por unas heladas... Aunque yo sé: somos un par de desafanados-antisociales... Tendremos que hacer una excepción, tratándose de vos.

Beso.
Lady Mondegreen ha dicho que…
Ánimo.

Es raro cuando se da ese cambio de guardia y la generación de uno se vuelve la que cuida, la que se preocupa, la que toma las decisiones difíciles.

Un abrazo
Anónimo ha dicho que…
Hermosa como estas?? quiza no te acuerdes pero hace mas de 5 años andabamos por los mismos lugares o al menos con la misma gente...

mi correo lauramashel@hotmail.com

quiza no quieras conocer mas gente pero en este andar hay una personita de 5 años que quiero te conozca claro si tu lo permites.

recibe un abrazo y lo mejor para las 3

Besos
Anónimo ha dicho que…
Señorita, me mareó tantos puntos y comas entre lineas_ _ _(ortografia)
"La enfermedad en su mayoría es tristeza,pero a su vez es una oportunidad que tiene esperanzas de mejorar en la enfermedad y en la oprtunidad" Aún se me complica decir las cosas...Abusada

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